miércoles, 26 de septiembre de 2012

¿Que es A.J.E.F.?


A.J.E.F, es un término formado por las letras iniciales de las cuatro palabras de la frase “Asociación de Jóvenes Esperanza de la Fraternidad”, es la institución juvenil que auspicia la Masonería para inculcarles sus principios morales a los jóvenes de 14 a 21 años. El Ajefismo no es Masonería, sino un sistema práctico de educación moral, una preparatoria para la vida, de hondo sentido humano, que habrá de dar una visión humana, humanitaria y humanista del mundo y de la existencia para el mejor desenvolvimiento de la juventud, la cual quedará capacitada para llegar, si voluntariamente lo desease, a la Institución Masónica. Con el objeto de que los trabajos de los Ajef se desarrollen con regularidad y reciban los asociados en forma progresiva y simbólico las enseñanzas morales y filosóficas que se persiguen, se adopta como principio pedagógico no sólo el de enseñar conocimiento sino, principalmente, el de enseñar a aprenderlos y, evidentemente, practicarlos en la vida cotidiana. Aunque inicialmente las organizaciones locales eran conocidos como Logias AJEF, el título ha cambiado a Taller con el fin de reforzar el hecho de que no es Masonería, sino una organizacion anexa. Cada taller está patrocinado por una logia masónica, en soporte económico y moral.

Historia
La Asociación de Jóvenes Esperanza de la Fraternidad es una asociación de jóvenes que por la educación que reciben, constituyen la esperanza de la fraternidad universal y, en consecuencia de la fraternidad masónica. Así lo señala la declaración de principios que se plasmaron en las liturgias formuladas para el efecto, desde su origen en la Habana Cuba en 1928, y por su fundador Don Fernando Suarez Núñez (Maestro Masón n. en 1882 y m. en 1946, autor de diversas obras, liturgias y de ceremoniales masónicos y Ajefistas en Cuba), en la Muy Respetable Gran Logia de Cuba, hoy Gran Logia de A.´. L.´. y A.´. M.´. Posteriormente y bajo la inspiración del Ajefismo Cubano otras potencias masónicas la imitaron en muchos otros países, principalmente de América Latina como México (aquí en un principio por la Gran Logia Valle de México en 1939 y más tarde otras potencias masónicas entre las que estaría en Rito Liberal Mexicano en 1989). La primera Logia AJEF en México se le denominó Fernando Suarez Nuñez en justo reconocimiento al fundador del Ajefismo en el mundo. En algunos Ritos de México a la AJEF de le denominó AJEM (Asociación de Jóvenes Esperanza Masónica). Durante mucho tiempo se la confundió entre otros cuerpos para-masónicos preexistentes, pues no era nuevo que la Masonería tuviese grupos paramasónicos que, sin ser masonería formaban parte de sus actividades propiamente dichas y si bien algunos utilizaban sus talleres, templos o Logias u otras intalaciones. Muchos de esos grupos eran desde los Luvetones hasta grupos integrados por mujeres (recuérdese que antes no eran admitidas las mujeres en la Masonería), y jóvenes reconocidos como hijos de masones o integrantes de asilos creados por Logias masónicas, todos esos grupos eran auspiciados por la Masonería. La AJEF no es masonería, ni podría serlo de hecho, por su carácter esencialmente psicopedagógico y formador, un sistema práctico de educación moral dirigido a jóvenes de 14 a 21 años. No obstante el Ajefismo invoca ciertos principios masónicos y de la tradición iniciática de las antiguas escuelas de los misterios de que es portadora la masonería. La finalidad de la AJEF es constituir una asociación de jóvenes que no teniendo edad para ser iniciados en la escuela de los misterios, pudieran conocer a manera de curso preparatorio parte de las enseñanzas y finalidades de la masonería universal, a la vez que proporcionar a los padres una ayuda poderosa, auxiliar y eficaz en la formación de sus hijos, preparatoria para la vida, sean o no hijos de masones. Desde luego que habiendo los jóvenes recibido una educación auspiciada por la masonería, los prepara también para formar parte de ésta si así lo desease el mismo. La AJEF se basa en un esquema mnemotécnico que comprende las enseñanzas y principios fundamentales de la asociación. Tal emplea en gran medida mucho del simbolismo masónico y de hecho los Ajefistas trabajan dentro de las Logias masónicas dando una interpretación inicial a muchos de los elementos que constituyen los templos, aunque si bien no da los mismos elementos interpretativos que le daría un masón aceptado y aún menos un masón de grados superiores. De ahí que el grado en que se circunscribe el Ajefista es el denominado Grado único, por ser sólo un grado el que comprende toda la enseñanza en que será formado, independientemente de su edad de ingreso. Al llegar a los 21 años es determinación del joven si ingresa o no a la institución masónica, pero de ningún modo el haber sido Ajefista lo exime de cumplir con los requisitos de ingreso a la masonería y pasar por la iniciación simbólica y práctica que se aplica a todo candidato. El Ajefismo igual que la masonería, no es religión, ni se inscribe en ideología política alguna. Más bien se enseña al joven a conocer en medida de lo posible y sin tendencia alguna todo lo que se puede acerca de los diferentes caminos que ha conocido el pensamiento humano y que en base a ello el joven aprenda a auto determinarse, a hacerse dueño de una voluntad propia para que de esta manera opte por el camino de realización de que cada quien es susceptible. La AJEF sí inculca, pero igual que la masonería no admite dogmas insuperables. Cree en un ser Supremo Gran Arquitecto del Universo, pero también admite que cada uno de sus miembros acepte o no al Dios de su corazón y abrase la creencia en que encuentre paz interior y progreso. Admite jóvenes de 14 a 21 años (según sea el caso).El Ajefismo está orientado a inculcar al joven el amor fraternal, la moral y un espíritu de perfeccionamiento integral que lo lleve a estimar y practicar la cultura, el estudio, el trabajo, el deporte, las buenas costumbres, el amor a la patria, a sus instituciones, y practicar una buena conducta, el respeto hacia sus padres, hermanos y maestros masones, entre muchísimos otros valores como el respeto, la tolerancia, la no discriminación, la igualdad, la libertad y la fraternidad. Se inculca y forma al Ajefista a combatir los vicios, y principalmente el odio, la ignorancia y la maldad entre muchos otros obstáculos para su desenvolvimiento social y espiritual. De todo ello se desprende el lema de la Ajef, que es inspirado en el pensamiento de José Martí: “Hombres haga primero quien quiera hacer pueblos”. Tal como lo indica la Liturgia del Grado Único AJEF en México los trabajos están puestos bajo la advocación indoamericanista y de sentido universal de Benito Juárez y de José Martí, esto es bajo la égida de América, nueva vida del mundo. Enseñar a aprender es nuestra formula pedagógica, como se lo puede ver en el esquema mnemotécnico del Ajef, que los instructores, enseñando a aprender, aprendan a enseñar. Tal como la masonería lo hace, el Ajefismo se basa en un orden simbólico a ser interpretado como medio para adquirir y practicar principios útiles para la vida profana. Es un sistema de enseñanza moral e intelectual que intenta abarcar todos los órdenes de la vida en que se desenvuelve el joven a fin de que aprenda a enfrentar los diferentes obstáculos que la constituyen. Es un sistema pedagógico que nos recuerda mucho al de Rudolf Steiner en las escuelas místicas, sólo que aquí llevado a los jóvenes y no a los niños, para enfrentar una realidad que le es propia sólo al joven, en su momento en su tiempo específicos únicos e irrepetibles. Desde luego que en las Logias Ajefistas encontramos gente de todas las creencias y estratos sociales y de toda la diversidad de costumbres, pero ello constituye una riqueza y diversidad de opiniones útiles dignas de ser valoradas y aprovechadas para hacernos mejores individuos. Ello implica aceptar que todos somos seres humanos falibles y susceptibles al error y capaces de aprender de la experiencia, por lo que no debe extrañar a nadie que muchos se desanimen ante la debilidad de sus hermanos. Nada más equivocado, pues si existe la institución es para formar mejores seres humanos en medida de las posibilidades de cada quien, los seres perfectos no son de este mundo y no están entre nosotros, de ser así no tendrían sentido este tipo de instituciones y no estarían destinadas a ellos. Creemos que este principio básico de entendimiento entre seres humanos perfectibles aplica a todos los órdenes y a todos los niveles en todas las instituciones.
El joven que es admitido en la AJEF encontrará que en los templos se le invita a superarse a sí mismo, bajo el régimen y ritmo que su mente y cuerpo mismos le imponen y bajo el cual opera más fácilmente, se le incita vencer sus miedos, a adquirir habilidades y a practicar buenos hábitos y el deporte. De ahí que es muy común encontrar a los Ajefistas organizando actividades tendientes a fortalecer estas posibilidades de desarrollo, como son concursos y encuentros deportivos, culturales, recreativos y de esparcimiento sano. Se intenta que el joven identifique sus habilidades y las potencialice al máximo para que encuentre un modo de vida que le sea propio y le reditúe y al final lo prepare para la vida. Es un consenso general que todo joven que ha Pasado por la Asociación, jamás volverá a ser el mismo, tiene una visión diferente para la vida, y está más que preparado para iniciarse en la institución masónica con mucha mayor naturalidad en que lo haría otro profano, y recibir las enseñanzas de ésta con una visión renovada y a la vez apegada a retomar la antigua sabiduría.